Capítulo113
Una noche, Clara dio vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño.
Cada vez que cerraba los ojos, el apuesto rostro de Alejandro se colaba en su mente, y ella aún
podía sentir el calor de su mano en su cintura…
De repente, se sentó en la cama.
Ya se habían divorciado, ¿por qué seguía pensando en él?
Después de apenas dos horas de sueño interrumpido, Clara se levantó y pasó una hora remando en
su kayak para disipar su agitación.
Aaron le preparó un delicioso desayuno.
Durante toda la comida, la expresión de la señorita Clara mostraba su malestar. Mordía el pan y los
huevos con fuerza y bebía el café de un solo trago.
-Señorita, ¿está preocupada por lo de Diana? -preguntó Aaron acercándose, tomando una
servilleta y limpiando suavemente las migas de pan de sus delicados dedos, con una elegancia
propia de un noble.
-Detesto la sensación de perder -Clara inhaló profundamente y entrecerró los ojos.
No dijo la segunda mitad de la frase.
¡Detestaba aún más la sensación de ser dominada por Alejandro!
-Entonces, ¿cómo planea manejar a Leona? -preguntó Aaron.
-Dame un poco de tiempo para pensarlo, esto debe resolverse antes de que la atención pública se
calme.
Justo cuando terminó de hablar, el teléfono de Clara vibró en la mesa.
Lo recogió y al verlo, sus ojos se abrieron de par en par. ¡Era una llamada de Flores!
-Flores, ¿qué pasa? -Clara contestó apresuradamente, con un tono de nerviosismo.
-¿Por qué tienes ese tono? No me he muerto–dijo Julio con despreocupación, carraspe ando dos
veces. -¿Cuándo vas a venir a casa? Tus dos madres, tu tercera madre y tu cuarta madre quieren
celebrar contigo.
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-¿Celebrar? -Clara estaba totalmente desconcertada.
-¿No estuviste en las noticias por tu ayuda desinteresada? Hay videos tuyos en las redes sociales,
te llaman la chica más hermosa del ángel.
Clara se llevó la mano a la frente sin palabras. La chica más hermosa del ángel -esas palabras le
dolían la cabeza.
-Tus tres madres creen que has traído gloria a la familia y quieren celebrarlo con una cena en
casa.
Ella estaba preocupada por su exposición pública y, sin embargo, Flores y los demás querían
celebrarlo. ¡Realmente no tenía palabras!
-No es necesario, estoy tratando de controlar la atención pública. No me gusta la exposición,
puede causar problemas.
-¿Por qué eres tan poco considerada, hija? Tus varias madres te extrañan y quieren verte.
También hace mucho tiempo que no te veo. ¿No puedes volver a casa y comer con nosotros? –
Julio hablaba con un tono de regaño en su voz.
-Está bien, una vez que termine estos días ocupada, volveré -respondió Clara suavemente.
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-Por cierto…
Julio se calló por un momento y su tono se volvió un poco más severo. -Ese cobrador de deudas,
Juan, ¿volvió?
-Sí -Clara solo pudo responder honestamente.
-Ah, si no fuera porque tu hermano mayor me dijo que había vuelto, ya había planeado hacer un
funeral para él–Julio se enfurecía cada vez que mencionaba a Juan. -Cuando vuelvas esta vez,
trae a tu cuarto hermano contigo. Si él no vuelve, consideraré que no tengo a ese hijo, y que no
podrá volver a cruzar la puerta de la familia Pérez.
Después de terminar la llamada, Clara frunció el ceño ligeramente con preocupación. Luego, su
pequeña mano, suave como brotes tiernos después de la lluvia, se adentró en el bolsillo del saco de
Aarón y sacó un trozo de chocolate, mordiéndolo con descontento.
-Señorita, ¿qué sucede? -Aarón preguntó preocupado.
-Papá quiere que traiga a mi cuarto hermano a casa para comer -respondió Clara.
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Aarón conocía la personalidad de Juan y también se sintió incómodo.
-Flores tiene un humor tan malo como un estercolero, y mi cuarto hermano es una piedra en ese estercolero. Los dos tienen un carácter terco–dijo Aarón.
Clara saboreaba el rico sabor del chocolate en su lengua, y su estado de ánimo inquieto se calmó un poco. -Entiendo a mi cuarto hermano, puedo hacerle entender cualquier cosa, excepto volver a casa y enfrentarse a Flores. Él es muy terco, no puedo forzarlo, solo puedo encontrar una solución inteligente.
Después de arreglarse, la señorita se fue a trabajar.
Cuando el Bugatti pasó por la puerta del hotel, Clara frunció el ceño, y Aarón rápidamente llamó a
la recepción para averiguar la situación.
-Estos periodistas han venido a entrevistar a la ‘chica ángel‘. No sé cómo se enteraron de que esa chica era empleada de nuestro hotel, por eso…
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