Capítulo114
Clara miró sombríamente. Lo que más odiaba desde pequeña era ser expuesta frente a los medios. A menos que fuera absolutamente necesario, no permitiría que la pusieran bajo los focos.
-¿Incluso las cosas más insignificantes se convierten en noticias? ¿Es que estos periodistas no tienen nada mejor que escribir? -Clara tomó un sorbo de su café con resignación. -La atención mediática se desvanecerá pronto, y ya le he pedido a mi hermano mayor que me ayude a controlar la información. Vamos a salir por la puerta trasera.
Al llegar a la puerta trasera del hotel, Clara le pidió a Aarón que estacionara el auto y ella se
preparó para subir rápidamente al último piso en el ascensor privado hacia la oficina.
Mientras caminaba, sacó su teléfono y abrió las redes sociales.
Debido a la influencia de la “chica ángel“, había muchos comentarios, todos positivos.
-¡La próxima vez también me quedaré en un hotel de KS! ¡El personal del hotel es increíble!
-Quiero ver la belleza de la señorita.
-KS Group es realmente confiable. Después de ver al grupo Hernández, realmente no me gusta su
empresa. ¿Cuándo se responsabilizarán por acosar a los empleados del hotel?
Los labios sonrosados de Clara se curvaron inconscientemente en una sonrisa satisfecha, con un
toque de astucia. Aunque no le gustaba llamar la atención, tenía que admitir que se estaba
beneficiando de esta publicidad gratuita que el hotel estaba recibiendo.
Sin embargo, el asunto de Diana aún no se había resuelto por completo, y ella sentía una piedra en
el estómago.
De repente, Clara frunció el ceño, percibiendo agudamente la presencia de alguien detrás de ella,
acercándose sigilosamente sin hacer ruido.
En ese momento, la mano del hombre ya estaba apoyada en su hombro.
Clara abrió los ojos de golpe y rápidamente giró, arrojando todo su café en la cara del hombre.
Al siguiente instante, ella agarró firmemente su brazo y lo derribó fácilmente con una llave de
lucha.
El hombre, alto y corpulento, cayó al suelo con un sonido sordo bajo el control de Clara.
1/3
Cuando Clara miró más de cerca, inhaló bruscamente. -¿Rodrigo? ¿Por qué eres tú?
Rodrigo yacía en el suelo en una posición lamentable, tosiendo incómodamente. -Eres bastante
hábil, señorita -dijo con una mezcla de risa y lágrimas.
-¿Por qué te acercaste sigilosamente sin hacer ruido? Mi cuerpo reaccionó antes que mi cerebro,
fue un reflejo condicionado -respondió Clara con una mirada de vergüenza.
Clara pasó por un momento incómodo y se agachó para examinar el cuerpo de Rodrigo. Con una
expresión seria en su rostro, comenzó a masajear su torso de manera profesional, con
movimientos tan expertos que incluso superaban a los masajistas profesionales de su casa.
Rodrigo entrecerró los ojos, disfrutando del masaje, y la miró con una mirada llena de ternura. ¡
Alejandro, no sabes lo afortunado que eres! ¡No te sorprendas si mi hermano y Irene terminan
juntos!
-Tu cuerpo está en buena forma, no hay fracturas -dijo Clara aliviada, y le dio una palmada en la
pierna. -Levántate, deja de fingir.
-Recuerdo que puedo levantarme, pero realmente no puedo hacerlo -dijo Rodrigo con una sonrisa
dolorida, frunciendo el ceño con expresión de dolor. -Mis huesos no están rotos, pero me duele de
verdad, ¡es una molestia! ¿Me puedes ayudar a ponerme de pie? (1
Clara se sintió un poco incómoda, pero extendió la mano para ayudar a Rodrigo a levantarse del suelo. Rodrigo sintió el cálido y suave cuerpo de la mujer presionado contra él, sintió su garganta
tensa y su espíritu agitado, y se acercó a ella sin poder evitarlo.
Siempre eran las mujeres hermosas las que se acercaban a él, pero nunca había sido tan fácil.
-¿Qué tal te sientes después de aprovecharte de mí? -preguntó Rodrigo, levantando una ceja, con
una mirada llena de expectativa.
-¿Aprovecharme de ti? Finalmente entiendo qué está mal contigo, tienes problemas en el cerebro
-se burló Clara. -Incluso si eres un monstruo, podría despertar mi curiosidad, pero como un
hombre común, ¿qué tienes para emocionarme?
En el instante en que lo dijo, Clara se quedó atónita, con las mejillas ligeramente sonrojadas.
Rodrigo sabía a quién se refería, y enseguida sintió un ataque de celos.
Una llama de deseo por la competencia ardió en sus ojos, y de repente se giró, apretando a Clara
contra la pared, con una mirada tentadora moviéndose entre sus cejas y ojos.
2/3
Poco a poco, se acercó más y más, y su voz se volvió más profunda.
-¿Quién es mejor que yo? ¿Alejandro?– Rodrigo la miró fijamente con sus ojos estrechos y sonrientes. -¿Cómo sabes que no estoy a su nivel?
3/3