Capitulo177
-Papa, Irene ya está en una relación con Diego–dijo Enrique en voz baja. -Irene tiene una nueva relación, así que ya no trates de emparejarla con Alejandro. Las frutas que se fuerzan no son dulces.
SI, papá–intervino Ema. -Irene acaba de dejar nuestra familia Hernández y se fue con Diego. Está claro que han estado juntos desde hace mucho tiempo.
-Han estado juntos por mucho tiempo?-preguntó Fernando con los ojos bien abiertos.
Si, de lo contrario, ¿cómo podría avanzar tan rápido? Por eso siempre he dicho que ya no es necesario que te preocupes por ellos dos. Un matrimonio de apariencias sin amor no tiene sentido. Sería mejor dejarlos ir temprano y que encuentren su propia felicidad. No tienes que preocuparte más por Irene. La familia Pérez tiene tanto poder como nosotros–susurró Ema suavemente.
-Irene, quiero ver cómo mantienes tu imagen pura e inmaculada frente al viejo–pensó Clara mientras apretaba los labios y bajaba las largas pestañas.
En realidad, ella ya había previsto que este día llegaría, así que incluso si su abuelo la regañara, ella estaba preparada para ello.
-Papá, por favor, no culpes a Irene–dijo Alejandro saliendo de repente, mirando fijamente a Clara.
-No me debe nada. Estoy muy feliz de que esté junto a Diego ahora. 1
La palabra -feliz- se pronunció a regañadientes.
Clara se sorprendió y quedó perpleja.
En su memoria, este hombre arrogante siempre la llamaba por su nombre completo, ¿pero alguna
vez la llamó -Irene?
Si no se hubieran divorciado, habría estado encantada con este cálido apelativo.
Pero ahora, solo levantó ligeramente el labio en desprecio y encontró el sonido irritante.
-¿Qué puedes hacer si no la bendices? ¿Puedes traerla de vuelta para mi?
Fernando golpeó a Alejandro con enojo: -Si Irene está bien con otra persona, ¿la culparás a ella? ¿
No eres tú quien tiene la culpa? ¡No tienes la suerte de tener a Diego, quien puede ganarse el
corazón de una chica tan buena como ella!
+15 BONOS
Las palabras dejaron a todos boquiabiertos
Ema y Beatriz palidecieron al instante, y sus cuidadosos maquillajes no pudieron ocultarlo.
En este momento, finalmente entendieron una cosa.
Buscar problemas con Fernando es completamente imposible! ¡A este anciano le gusta Irene
tanto, que desearía casarse con ella él mismo!
Alejandro fue regañado nuevamente y sintió una opresión en el pecho, pero murmuró: -Mientras
no estés enojado con ella, está bien.
-¿Por qué debería estar enojado con Irene? ¡La quiero tanto que apenas puedo soportarlo! Irene,
ven aquí, Diego, también ven–dijo Fernando mientras los dos se miraban y caminaban
obedientemente hacia el anciano.
-Abuelo, lo siento, te he estado ocultando cosas–dijo Clara con una expresión de inocencia,
apretando los labios.
-No importa. A mí no me importa eso. Solo quiero que seas feliz–dijo Fernando amorosamente mientras la miraba y luego miraba seriamente a Diego. -Diego, tienes un estatus noble y muchas
hermanas en tu familia. Debes prometerme que siempre protegerás a Irene y que nunca
permitirás que sufra injusticias en la familia Pérez. De lo contrario, no importa dónde estés,
personalmente iré a respaldar a Irene y buscar justicia para ella. 2
Diego miró a su hermana con una mirada significativa, recordando los momentos en los que ella lo montaba a caballito en Javier y le dibujaba tortugas en la cara de Juan cuando eran niños. Sonrió y
dijo: Está bien, te lo prometo.
Aunque Fernando era mayor, no era ciego.
Podía ver el afecto en los ojos de Diego, por lo que suspiró aliviado y con cierta pena dijo: -Diego, te confio el cuidado de Irene. Lo que mi nieto no pudo hacer, espero que tú puedas hacerlo. Ámala
mucho.
En un instante, el rostro de Alejandro se puso pálido como si fuera golpeado por un rayo.
-Si–respondió Diego suavemente pero con determinación.
Alejandro respiró profundamente y miró intensamente a la mujer que estaba junto a Diego, la mujer que debería haber sido suya.