Capítulo243
-¿No es esto lo que quieres? Fingir ser respetable no es adecuado para ti–dijo mientras empujaba
el delgado cuerpo de Inés contra el árbol y trataba de besarla con desesperación.
–,No… no lo hagas! -Inés cerró los ojos aterrorizada, con lágrimas de humillación corriendo por
sus mejillas.
¡Un grito agudo estalló de repente!
Lentamente abrió los ojos y vio una figura familiar y elegante, quien con movimientos rápidos y
hábiles arrojo a Jorge al suelo con una llave de lucha libre.
¡Pero eso no fue suficiente!
Aarón agarró el cuello de la camisa de Jorge y lo golpeó una y otra vez con ganas de estallar su
cabeza.
-¡No más… por favor! -Inés estaba asustada y temía lo peor, así que corrió hacia Aarón, que estaba
lleno de ira.
-¿Cómo te atreves a golpearme? ¿No sabes quién soy yo? -Jorge escupió sangre mientras se
retorcía en el suelo. Mi padre es el presidente de la empresa García, Pablo Garcia. Si tienes las
agallas, dimelo, ¡nuestro clan García te hará pagar!
-Soy Aarón, de Valencia–respondió Aarón con una voz baja y temblorosa de ira. Luego se quitó la
chaqueta y cubrió el cuerpo tembloroso de Inés.
Al verla temblorosa y llena de lágrimas, su corazón se llenó de dolor y la abrazó suavemente.
Para Inés, el abrazo era como devolverle todo lo que había sufrido.
-Escucha bien, desgraciado. Inés no es alguien a quien puedas intimidar. ¡Si la lastimas, ni
siquiera tu padre podrá salvarte!
Jorge se asustó tanto que salió corriendo con miedo.
Inés fue al lavabo y, cuando salió, Aarón estaba apoyado en la pared esperándola con una
expresión preocupada.
-Aarón
Aarón volvió en sí y sonrió amablemente. -Señorita.
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Inés bajó las pestañas, sintiendo su corazón apretado, y fue hacia él. Se quitó la chaqueta grande
para devolvérsela. -Gracias. Te devuelvo esto…
-Señorita, lo que pasó hoy es algo serio. Informaré a la señorita mayor sobre lo sucedido y dejaré
que ella decida cómo manejar esto.
-¡No! Por favor, no le digas a mi hermana. Los ojos claros de Inés estaban llenos de ansiedad y
agarró su brazo. -Si mi hermana se entera, las cosas se pondrán peores. ¡Será incontrolable! No solo le causará problemas a ella, sino que también mis padres se preocuparán por mí.
-¿No intentó atacarte ese bastardo? ¿Vas a dejarlo pasar? -Aarón estaba furioso y sus ojos todavía estaban un poco rojos.
-Ya lo castigaste, ¿verdad? Él no se atreverá a molestarme de nuevo.
Aunque estaba asustada, Inés temía más que su familia se preocupara por ella. Así que trató de minimizar el incidente. -Estoy a punto de graduarme. Después de eso, no tendremos que vernos
nunca más. ¿Qué más puede hacerme? Además, tengo el respaldo de mi familia.
Aarón tragó saliva, a punto de decir algo, pero Inés bajó la cabeza con tristeza y le apretó el
corazón. Aarón, tengo mis razones para hacer esto. Por favor… no preguntes más.