Capítulo250
Clara regresó al bar, medio sobria después de vomitar el alcohol, pero su buen humor ya se había
desvanecido
Después de tanto esfuerzo por salir a una reunión con su hermana, ¿cómo podía encontrarse con
ese patán?
Si tuviera tiempo, tendría que ir al templo a rezar para no encontrarse con cosas malas por la
noche.
En ese momento, una pareja de cálidas manos agarró su brazo.
Clara abrió los ojos con tristeza y al ver a Inés, hizo un gran esfuerzo por sonreír.
-Hermanita… Estoy bien, el hombre que te estaba acosando antes… ¿no es tu excuñado? –
Preguntó Inés preocupada mientras rodeaba la cintura de Clara para sostenerla.
-Sí. Clara respondió en voz baja y sin fuerzas.
-¡Es tan guapo! -Los ojos claros y brillantes de Inés se iluminaron mientras exclamaba
sinceramente: -Ya pensé que nuestros hermanos eran lo suficientemente guapos, pero resulta
que el excuñado tampoco no se queda muy atrás que digamos, ¡incluso tiene mejor atractivo
visual! ¿Realmente es el presidente de una empresa? ¡Su apariencia es como la de una
superestrella! Clara se tapó la frente, incapaz de contener su sarcasmo: -¡Qué atractivo visual ni
qué nada…!
-No me extraña que mi madre dijera que tu excuñado es más guapo que las estrellas de cine que
le gustan, no le creí en ese momento, pero ahora que lo veo… ¡realmente es más guapo que una
estrella! -Inés se emocionó cada vez más al hablar.
-La belleza no sirve para nada, sigue siendo solo un inútil florero. Clara frunció los labios
mientras miraba a Inés con una sonrisa irónica: Si vuelves a decir que ese hombre es guapo, ten
cuidado de que cuando regrese a casa, informaré a papá y diré que la tía Luz sale con otro hombre
cuando duerme en sus sueños.
Como ya era demasiado tarde, para no molestar a sus compañeros de clase, Inés tuvo que quedarse
a dormir en la villa de Clara esa noche y volver por la mañana.
Descubrió que su hermana, que tenía una buena resistencia al alcohol, estaba bastante borracha
esa noche, presionando y frotando su frente, respiro suavemente mientras se apoyaba en la
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-Hermana, déjame darte un pequeño masaje–los dedos de Inés presionaron suavemente en la sien de su hermana, ayudándola con ternura.
Clara obedientemente se apoyó en el abrazo de su hermana, exhalando un aroma fragante y dejando su frente lisa y sudorosa, como si todo el aliento a alcohol que exhalaba estuviera lleno de
fragancia.
Inés tragó saliva, sintiéndose profundamente atraída por su hermana como mujer.
Siendo honesta, ¿quién se ve tan hermosa y encantadora después de beber de esa manera? No te
deja ninguna oportunidad de supervivencia.
Clara le ordenó al conductor de detener el auto en la entrada del vecindario de villas. Siempre que
bebía un poco, le gustaba caminar un poco para no sentirse incómoda al dormir.
Las dos hermanas caminaban cogidas de la mano en dirección a casa. El viento fresco de la noche,
la luna brillante y las escasas estrellas, adornaban el paisaje tranquilo y aliviaban la tensión en el
corazón de Clara.
De repente, su ceño se frunció y detuvo bruscamente sus pasos, agarrando fuertemente la mano de
Inés.
-Hermana, ¿qué pasa? -preguntó Inés con voz baja, sintiendo el miedo en su corazón.
-Alguien nos está siguiendo–respondió Clara en un susurro, sintiendo alarma de peligro en su
mente.
Inés se asustó y miró a su alrededor con miedo, mientras su mano temblaba en la de su hermana.
-No tengas miedo, estoy aquí contigo. Si alguien se acerca, me le enfrento yo misma–consoló
Clara suavemente, mostrando una sonrisa fría en sus labios.
Después de recordar cómo sus hermanos mayores la llamaban “pequeña bravura” cuando era niña,
Clara no permitiría que alguien se interponga en su camino.
-¡Sal y enfrenta tus problemas si tienes valor! -gritó Clara con valentia, mientras un ruido
aterrador provenía del arbusto.
En ese momento, se escuchó un sonido aterrador que venía del arbusto. Sus hermosos ojos se
oscurecieron y rápidamente protegió a su hermana detrás de ella. Hubo un sonido de pasos
suprimidos y un hombre de gran complexión, vestido con ropa deportiva negra y con una máscara
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miedo.
Clara, por otro lado, estaba tranquila y segura de que podía vencer a cualquier enemigo en una pelea, sabiendo que el hombre era un experto en artes marciales.
Después de todo, la vida no es una historia de artes marciales, ¿cuántas personas como su
hermano Sebastián y Alejandro puede haber?
-¿Quién de ustedes es Clara Pérez? -preguntó el hombre de negro con una mirada siniestra.
-¡Soy yo, y usted debería mostrarme un poco de respeto! -respondió Clara con orgullo, sin mostrar
miedo.
-Entendido. El acento del hombre no parecía ser local, más bien parecía ser de alguien de habla
inglesa. Con estas palabras, el hombre de negro sacó un cuchillo brillante de su bolsillo y se
abalanzó sobre Clara con pasos rápidos.
-¡Ah! ¡Ten cuidado, hermana! -gritó Inés, sintiendo el frío y aterrador deseo de matar al que se
acercaba. Pero Clara la empujó y le ordenó que corriera.
Pero Inés no podía dejar a su hermana sola y en peligro, así que se quedó, pero solamente
observando cómo su hermana luchaba contra el hombre de negro, elevando una frenética
tormenta de puños y patadas.