Capítulo256
Al llegar a la villa privada de Clara, ya era de madrugada.
Inés estaba preocupada por su hermana, se mantuvo despierta sin atreverse a dormir, sus ojos
enrojecidos y con una mirada que inspiraba compasión.
-Inés, no te culpes más, tu hermana mayor está bien. ¿No tienes clases temprano mañana? Ve a
dormir rápido, -dijo Clara mientras se sentaba junto a Inés y le acariciaba el brazo.
-Hermana, ¿soy… una inútil? De niña siempre me protegías, pero ahora que he crecido… no puedo
hacer nada por ti…-Inés frunció los labios, sus ojos llenos de lágrimas.
-Bobita, ¿qué estás diciendo?
Clara le dio un toque suave en la cabeza, -la familia Pérez está mejor con tu presencia y la de
Emilia. Eres la benjamina que todos nosotros adoramos, el amuleto más preciado.
Si realmente quieres hacer algo por mi, entonces trabaja duro para lograr tus sueños. Cuando te
destaques en la industria del entretenimiento, incluso te nombraré nuestra embajadora. También
me ahorrarás algo de dinero. ¡No es eso muy genial!
—Hermanita, ¿sí confías en mi…? ¡Seguro que tendré éxito! –Inés se enjugó las lágrimas de los ojos
con los dedos y asintió con determinación.
Después de un rápido aseo, Inés se quedó dormida en cuestión de segundos una vez tocó la
almohada.
Clara arropó a su hermana con las sábanas y salió de la habitación.
En su estudio, Aarón ya la estaba esperando.
-Esta noche, Beatriz parecía haber sido hospitalizada por algo. ¿Se ha descubierto la causa? –
Clara, sin la ternura de antes, se sentó fríamente en el sofá.
-Sí, se supo que Beatriz intentó suicidarse, se cortó las venas de las muñecas, pero fue rescatada a
tiempo. Ahora ha superado el período de peligro y se encuentra estable.
Aarón se detuvo por un momento, su mirada profunda se llenó de frialdad, -Alejandro la
acompañó todo el tiempo.
-Eso es lo mínimo que puede hacer, ella estaba dispuesta a sacrificar su vida por él. Incluso si eso
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indiferencia, sin importarle nada.
-Señorita, ¿cómo ve usted el asunto de Beatriz?
-Beatriz intentando suicidarse, es la broma más divertida que he escuchado este año.
Clara se acomodó, cerró los ojos para descansar y se masajeó las sienes doloridas, -ella ni siquiera
ha llegado a ser la señora de Hernández, ¿cómo podría hacer una cosa de esas? ¿Cómo podría
atreverse a morir por amor? Y, además, alguien que realmente quiera intentar morir no querrá ser
descubierto por nadie. Si no muere, eso sería aún más frustrante. 1
-Así que, ¿quiere decir que Beatriz está fingiendo por Alejandro?
Aarón frunció el ceño con confusión, pero ¿por qué tomaría este riesgo? Ella está a punto de
casarse con Alejandro, ¿verdad? ¿Acaso… Alejandro no quiere casarse con ella? ¿Ella está usando
su vida para presionarlo?
Una inquietud indefinible afloró en el corazón de Clara, -quién sabe, tal vez Alejandro se enamore
de otra chica.
Alejandro siempre ha sido un hombre frío, no es sorprendente que abandone a cualquiera.
-Sí, pero aun así, espero que puedan casarse sin problemas, quedarse juntos y causar problemas a
otros.
Aarón apretó los dientes con enojo y luego preguntó, -Señorita, ¿quién cree que fue el hombre que
la atacó esta noche? ¿Ema? Ella todavía está ocupada por el asunto de su hijo, probablemente no
tenga tiempo para organizar algo así.
-Ese hombre es de China.
Los ojos de Clara se oscurecieron gradualmente, además, es un experto en artes marciales, sus
movimientos son burdos y sin técnicas, pero sus ataques son extremadamente efectivos.
Ema no tenía tiempo para hacer esto, Leona no tendría la oportunidad de conocer a alguien así.
Solo Beatriz podría tener la capacidad para eso.
-Ella había vivido en los Estados Unidos durante tres años y su pasado ya había sido investigado
por mi hermano. Sus relaciones personales son muy complicadas, involucrándose con varios
hombres. Quién sabe si uno de esos seres basados en carbono con mente simple y extremidades
desarrolladas podría haber sido utilizado por ella, -dijo Aarón con los ojos abiertos de asombro,
sintiendo que la explicación de la señorita tenía mucho sentido.
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-En cuanto a lo que dijiste sobre por qué ese hombre intentó atacarme, no tiene sentido que
especulemos aquí. Mañana iremos y le preguntaremos directamente, y sabremos la verdad. ¿No le
dijiste nada a mi hermano mayor? -dijo Clara de repente, inclinándose hacia adelante con
curiosidad.
Aarón suspiró con resignación, no puedo hacer otra cosa que seguir sus órdenes. No le he dicho
ni una palabra al señor Pérez.
-Bien, eso es bueno, -dijo Clara con alivio.
Pero antes de que pudieran continuar, el teléfono móvil sonó.
En la pantalla se leía “Hermano mayor“, lo que hizo que Clara sintiera un escalofrio recorrer su
espalda y sus pupilas se contrajeran. Rápidamente tomó el teléfono y lo apartó, sin atreverse a
contestar.
Sin embargo, en ese momento, el teléfono de Aarón comenzó a sonar, y no se atrevió a no
responder.
-Señor Pérez, ¿en qué puedo ayudarle? -trató de mantener la calma.
-Haz que Clara conteste el teléfono, -la voz de Diego sonaba profunda y resonante, como si
estuviera hablando a través de un altavoz, sorprendiendo tanto a Clara que sus ojos casi saltan de
impresión.