Capítulo257
-Señorita ya se ha ido a dormir, Señor Pérez, mire…
-Aarón, ¿Ahora te estás confabulando con ella para así poder engañarme? Si que estás empezando
a tener mucho coraje, ¿verdad?
Diego rara vez se enojaba, pero cuando lo hacía, su enojo era imponente. -Te lo diré una vez más,
haz que Clara conteste el teléfono, ¡En caso contrario después del amanecer ya no serás el
secretario de la señorita!
El corazón de Clara latía como un tambor, verdaderamente asustada, tomó el teléfono y lo acercó a
su oido. Con una voz dulce y coqueta, dijo, -hermano mayor…
Diego inhaló profundamente, parecía contener alguna emoción abrumadora, y dijo con voz ronca, –
Clara, sal, tengo algo que preguntarte.
Con el corazón lleno de ansiedad, Clara salió por la puerta principal de la villa.
Bajo la tenue luz de las lámparas de la calle, Diego se paraba frente a un Aston Martin negro con
expresión imperturbable.
Su traje gris meticulosamente elegante irradiaba una sensación de severidad, y bajo la luz de las
lámparas, sus piernas largas y su figura impresionante inspiraban fantasías.
Qué hermano mayor tan atractivo, sin embargo, en este momento Clara estaba nerviosa al verlo,
sintiéndose.
-Hermano mayor…-con pasitos tímidos, Clara se acercó a Diego y mordió tímidamente su labio
inferior.
-Hace frío por la noche, sube al coche y hablamos, -dijo Diego sin rodeos. Se quitó su chaqueta
gris y la envolvió alrededor del delgado cuerpo de Clara antes de empujarla suavemente hacia el
interior del coche.
Los dos hermanos se sentaron en el asiento trasero. Diego finalmente no pudo contenerse más y
agarró el hombro de Clara con urgencia, preguntando, -¿dónde te hirió ese ampón tan cobarde?
-En el brazo…-Clara ya no se atrevía a mentir más, bajó los párpados obedientemente, pareciendo
una niña que había hecho algo malo.
1/3
El rostro de Diego palideció, y con un aliento tembloroso, tocando su delgado brazo. Con cuidado,
desenrolló la manga de su ropa para revelar una venda blanca como la nieve, que provocó que sus
pómulos se ruborizaran.
-No es nada, hermano mayor, la puñalada no fue tan profunda como para afectar algún hueso, no
y ya ni siquiera me duele, -explicó Clara apresuradamente, temiendo que su hermano se
preocupara de más.
Diego soltó la manga de su ropa y tomó su pequeña mano fría.
Clara sintió que sus dedos estaban siendo apretados hasta ponerse blancos, se sintió incómoda y
culpable, y bajó la cabeza, -hermano mayor, lo siento, no debería habértelo ocultado… pero siento
que puedo manejar esto por mí misma, solo… no quiero que te preocupes por mí.
Después de un silencio abrumador, Diego finalmente habló con los ojos enrojecidos, -hacer daño a
mi hermana, eso le costará la vida.
Los ojos de Clara se contrajeron ligeramente y su corazón se aceleró.
Su hermano, que había estado tan tranquilo durante tanto tiempo, parecía haber regresado a su
antiguo yo, el rey de la noche oscura que comandaba las fuerzas del hampa y aterrorizaba a todos,
conocido como “El tierras“.
-Hermano mayor, sé que quieres vengarme, pero hiciste una promesa, -Clara lo abrazó con
fuerza, su delicada mejilla rozando su pecho mientras hablaba, ahora que estás de regreso a mi
lado, todo debe comenzar de nuevo. Las cosas que pasaron antes no deben porque de tocarse.
nuevamente. Ese tipo solo es una herramienta cobarde al servicio de alguien más, ¿qué
ganaríamos con aniquilarlo? El cerebro detrás de esta cobarde escena seguiría libre. Los miembros
de la familia Pérez siempre han sido buenos para aprovechar las oportunidades: Si dejamos pasar
esto, estaríamos desperdiciando el gran regalo‘ que nos dieron.
La rabia en los ojos de Diego gradualmente disminuyó. Inhaló profundamente y extendió su largo
brazo hacia el asiento del copiloto, tomó una bolsa de papel de piel de vaca y se la entregó a Clara.
-Ábrelo y echa un vistazo.
Clara parpadeó y sacó los documentos del interior, luego se quedó perpleja, -¿esto es…?
-Aarón ya me habló sobre el asunto de ese rufián. Él está aún más ansioso que tú por descubrir a
la cabeza detrás de todo esto, por eso tomó un atajo y vino a pedirme ayuda.
Los ojos profundos de Diego contenían una fuerza opresiva, pero él decidió no contarme sobre
2/3
¡Este Aarón, de veras nunca puede guardar un secreto!
-Fui yo quien le pidió que no lo dijera, también él está en una situación incómoda. Por favor, no lo
–
culpes, aunque Clara estaba molesta, Aarón seguía siendo parte de su equipo y tenía que
defenderlo.
-Si hay otra vez, lo enviaré de vuelta a su lugar. Que disfrute de su vida como hijo de la familia
Soler, nadie podrá detenerlo, -el presidente Diego tomó el control, su mirada implacable y
decidida era aterradora.
Clara hizo un puchero y se mantuvo tranquila.
Señorita podía enfrentarse incluso a Flores, pero cuando su hermano mayor se enojaba,
inmediatamente se convertía de un demonio a corderito obediente.
Clara examinó minuciosamente la información del canalla desconocido.
De repente, sus hermosos ojos se abrieron como platos y exclamó, ¡Ah! ¿Es él?