Capítulo261
Hace mucho tiempo, Alejandro escuchó que grupo KS y el grupo Garcia colaboraron en varios proyectos grandes a nivel nacional e internacional, y los presidentes de ambos grupos eran íntimos amigos, se conocían desde hacia veinte años. En ese orden de ideas, ¿Clara y Pol se conocieron desde hace mucho tiempo? ¿Son tan cercanos, como si no hubiera lugar para nadie
más en sus ojos, como dos almas gemelas de la infancia?
César suspiró envidiosamente, -La señora proviene de una familia demasiado prominente, ¡es la hija más querida de Julio! Todos estos guardianes de la belleza a su alrededor son de distinguida posición, los hombres comunes simplemente no están a la altura de la señora.
Al decir esto, frunció los labios y miró a Alejandro, sintiendo lástima por él. Pensaba que, aunque Alejandro fuera ahora el presidente y pronto seria vicepresidente del consejo de administración, todos esos logros juntos aún no estarian a la altura de Clara. Si esta noticia se filtrara, ¡seguro
causaría una envidia incontable!
La mandíbula afilada y fría de Alejandro se tensó, la vena en su frente latía, y apoyó la mano en la
pared, cerrando el puño lentamente.
¿Qué estaba tramando esa mujer? ¿Por qué había tantos hombres a su alrededor?
Apretando su frente, con la voz temblorosa, Alejandro pidió: -César, trae mis pastillas para el dolor
de cabeza. 1
Al anochecer, un Rolls–Royce verde oscuro se detuvo silenciosamente frente a un edificio que
yacía en ruinas.
Este edificio en ruinas era en realidad un edificio inacabado que grupo KS compró hace años en las afueras de la Ciudad de México. La ubicación era remota, pero Julio estaba bien informado y la compro después de haber escuchado que el metro se construiría a las afueras en cinco años, lo que haria que el valor de este edificio aumentara rápidamente.
Dentro del edificio inacabado había un sótano oscuro y húmedo, un lugar completamente aislado del mundo exterior, donde nadie podría descubrirlo.
Diego no permitiría que su hermana se enfrentara sola a esta situación una vez que supo lo que estaba pasando, así que vino con Clara esta noche.
-Hola Diego, Hola Clara–saludaron dos guardias que estaban afuera con respeto.
-¿Cómo está el susodicho?-preguntó Clara con su tono perezoso mientras entraba.
-Todavía está vivo.
Clara asintió satisfecha y caminó junto a su hermano hacia el sótano.
Una vez dentro, un fuerte olor a humedad la golpeó, y un ratón pasó corriendo junto a los pies de
Clara. Pero la señorita no cambió su expresión, había experimentado demasiado este tipo de
ambientes desagradables cuando era médico.
Bajo la tenue luz amarilla, Miguel estaba colgado boca abajo en el centro del sótano, con la cara
hinchada y magullada, su cara se volvió roja y congestionada por estar tanto tiempo boca abajo.
Al ver a los dos llegar, se retorció y sus lágrimas y mocos comenzaron a fluir lentamente mientras
suplicaba: ¡Realmente lo siento! ¡Dame una oportunidad de sobrevivir! ¡Haré cualquier cosa que
me pidan!
Anteriormente, cuando lo interceptaron en el camino, Clara pensó que este tipo era bastante
resistente y duro, pero resultó ser un cobarde en solo tres días.
Diego frunció el ceño, se movió ligeramente, pero fue detenido a tiempo por Clara.
-Hermano mayor, acordamos que me encargaría de este tipo. Tienes que cumplir tu palabra–dijo
Clara.
Diego respiró profundamente para contener su ira y dio un paso atrás.
Clara cruzó los brazos sobre el pecho y caminó hacia Miguel. Levantó su elegante pierna y con la
punta de su zapato de tacón alto le dio una patada en el hombro al hombre.
Su cuerpo se balanceó en el aire y casi vomitó.
-Clara, realmente no sabía que eras tú. Si lo hubiera sabido, ¿cómo podría haber escuchado las
maquinaciones maliciosas de Beatriz y atacarte?– Miguel se arrepintió amargamente, con la nariz
casi goteándole en los ojos. -Estoy dispuesto a enmendar mis errores, haré lo que sea necesario. ¡
Por favor, dame una oportunidad de sobrevivir! Incluso estaría bien para mí ir a la cárcel.
-Si quieres seguir con vida, responde algunas preguntas–dijo Clara sin más preámbulos.
-Pregunta que responderé a todo lo que me pidas–dijo Miguel con determinación.
Un destello frío cruzó los hermosos ojos de Clara. -Como amante de Beatriz en los Estados Unidos,
¿sabes algo sobre él bebe de ella?