Capítulo263
Al parecer fue Miguel quien actuó por su cuenta y la atacó en secreto. Por eso se creó esta complicada situación Probablemente, este hombre necesitaba plata desesperadamente, por eso quisc resolver el asunto rápidamente y entregarse a Beatriz para cobrar la recompensa.
-Acerca de Clara, no la molestes por ahora, espera mi mensaje–dijo Beatriz con una voz coqueta y satisfecha -La situación es mucho más optimista ahora. He recuperado la confianza de Alejandro. Estos días él ha estado cerquita conmigo. Además, Enrique ya ha aceptado nuestra
relación y pronto nos comprometeremos.
¿Comprometerse? Diego frunció el ceño, mirando con ojos de angustia a su hermana. Mientras tanto, Clara adoptaba una actitud despreocupada, incluso entrecerró sus ojos como si diera a
entender que estaba aburrida.
Diego esbozó una ligera sonrisa al ver que su hermana no le daba importancia al asunto. Se
tranquilizó.
-Ya que ahora estás comprometida con Alejandro, ¿qué hay de los cinco millones que prometiste
darme?-preguntó.
-¿Por qué tienes tanta prisa?– Beatriz sonó impaciente. -¿Tan urgente es ese dinero para ti? Te daré primero quinientos mil, úsalos. Cuando Alejandro y yo hayamos celebrado nuestra ceremonia
de compromiso, te transferiré el resto de plata.
-¿Y qué hay de Clara? ¿Todavía debo ser yo quien se encargue de ella?
-Ella… dale un poco de golpes, déjale algunos moretones y ya está–contestó Beatriz con pereza y
malicia. Ella me ha causado mucho sufrimiento. Quiero que el resto de su vida sea de dolor.
Incluso si no la dejo discapacitada, ¡quiero que especialmente la golpees en el rostro!
La llamada terminó.
Las palabras maliciosas de Beatriz habían asustado a Miguel. Sin embargo, Clara parecía calmada
y tranquila, realmente tenía una gran fortaleza ment*l.
-Lo hiciste muy bien. Descansa ahora. Si necesito algo, te buscaré nuevamente–dijo Clara antes
de recibir una llamada de Aarón. Se dio la vuelta y salió primero del sótano.
Justo en ese momento que el ambiente oscuro pareció enfriarse repentinamente con un aire de malicia. Miguel abrió los ojos con miedo y vio a Diego, rodeado de una aura helada y siniestra,
El hombre entrecerró los ojos y su figura distinguida se inclinó hacia adelante. Un crucifijo plateado brillante cayó de su chaqueta, como una espada colgante que se movía frente a él, a punto de cortarle la cabeza en el siguiente segundo.
Diego no hizo nada, pero Miguel ya estaba aterrado, como si viera al mismísimo ángel de la muerte con una guadaña detrás de él.
-Tù provocaste que mi hermana se lastimara el brazo–dijo Diego con labios apenas abiertos, mostrando un fulgor rojo en sus ojos.
-Lo siento.
Diego sacudió la cabeza, cerró los ojos lentamente y rezó sinceramente: – Misericordioso Señor, por favor, perdona todos mis pecados. Todo lo que he hecho ha sido por la persona que amo.
Al sonido de sus palabras, Miguel solo vio un destello plateado frente a él.
Inmediatamente, un grito desgarrador resonó en el sótano.
Diego, con el crucifijo en su mano, limpiamente rompió los tendones de la mano de Miguel.
El lugar estaba en silencio.
Aarón estaba solo, esperando en el frío viento, su rostro claro y suave, ahora pálido y demacrado, como si fuera a desvanecerse con el viento.
-Aarón, ¿por qué has venido hasta aquí?-Clara fue hacia él rápidamente al ver su mal aspecto,
preocupada.
Aarón miró fijamente a Clara, con los ojos enrojecidos y la voz temblorosa, le dijo palabra por palabra: -Señorita, de veras lo siento.