Capítulo271
Quizzes habría sido su maldito encanto que no se podia ocultar incluso disfrazándose, o tal vez
estos tipos estaban desesperados para casarse y así tener relación filial con Julio, jella miraba su
propio rostro y casi vomitaba! ¿Pero cómo lograron convencerlo?
El poder del poder es realmente grande. En la sociedad actual, muchas personas pueden renunciar
a todo por dinero y poder. Pero afortunadamente, Clara tenía un as bajo la manga.
El primer pretendiente, durante la cena, Clara dijo que mostraría su talento y diagnosticaría al
otro. Clara le dijo que, aunque tenía treinta años, su cuerpo ya estaba más oxidado que coche de
los setenta. Esto asusto al primer pretendiente, quien terminó la cita a la velocidad de la luz y se
fue decepcionado.
El segundo pretendiente, Clara lo miraba fijamente a los ojos todo el tiempo, lo que puso incómodo
al hombre grande. -Clara, ¿qué estás mirando?-preguntó él. -Hay un niño parado detrás de ti
mirándote, ¿seguro que no quieres invitarlo a comer con nosotros?-dijo Clara con un tono cada vez
más siniestro y espeluznante, -él parece… tan pobre–este pretendiente huyó atemorizado.
El tercer pretendiente, como fueron a ver un musical juntos, Clara no interactuó mucho con él
durante toda la cita, lo que precio en un primer momento como una armoniosa cita de amor.
Pero finalmente, el musical llegó al final y este hombre caballeroso la invitó a cenar. Clara, fue
un placer estar contigo hoy. ¿Puedo invitarte a cenar?-preguntó él amablemente. -Por supuesto,
me encantaría-,dijo Clara con una sonrisa, tomando su bolso de lona y colgándoselo al hombro.
Cuando vinieron juntos a ver el musical, este hombre no se dio cuenta de ello, pero ahora miró
fijamente el bolso. En la bolsa había letras grandes y brillantes: -Centro de Tratamiento
Psiquiátrico.
-¿Por qué no te vas?-preguntó Clara, parpadeando con sus inocentes ojos grandes. El hombre se
puso pálido de miedo y retrocedió rápidamente, -¡Acabo de recordar que tengo un compromiso! ¡
Nos vemos otro día!
Ahora, Clara y Aarón habían llegado al último lugar de la cita del día. El ambiente aquí era
tranquilo y elegante, con un aroma que traía paz ment*l. El estilo aquí coincidía mucho con el
gusto de Clara. Clara pensó que no gastaría tiempo bromeando con este último pretendiente.
Todo el día jugando con estos ricos y poderosos herederos en la palma de su mano, Aarón estaba
aterrado al verlo desde un lado.
-Señorita, lo que está haciendo realmente cortarà completamente cualquier expectativa que ellos tengan sobre usted. Pero ¿qué pasa si esas personas empiezan a murmurar mal de usted a sus espaldas? ¿Qué pasa si afecta su reputación en la Ciudad de México?– Aarón mostró preocupación en su rostro, -Me temo que eso podría pasar.
-Sería mejor si se difunde. Estoy deseando que todos esos mortales piensen que Clara es una enferma ment*l, una loca desquiciada–respondió Clara con calma, mientras tomaba un delineador
de ojos y agregaba algunas pecas más a su rostro frente al espejo. Así, Julio dejará de tener la
tonta idea de presentarme pretendientes.
Aarón realmente no sabía si reír o llorar de la risa.
-Pero hablando en serio, Aarón, en este momento sería genial si apareciera un verdadero príncipe azul–suspiró Clara, -Después de todo, encontrar un compañero adecuado significaría que no tendré que seguir con estas citas a ciegas, pero en cualquier caso por mí misma no siendo
obligada por otros.
Al escuchar esto, el corazón de Aarón se conmovió y la miró fijamente. Los deseos de la señorita
también eran sus deseos.
-Julio es siempre tan astuto. Esta vez, lo logré, pero quién sabe qué artimañas utilizará la
próxima vez para lidiar conmigo–reflexionó Clara.
-El presidente siempre la ha amado. Cuando no estabas en casa, el presidente solía decir en
privado que su personalidad y temperamento eran los más parecidos a los suyos entre todos los
jóvenes de la familia Pérez–dijo Aarón sonriendo.
-Julio está insultándome–respondió Clara con una sonrisa irónica.
Aarón apenas pudo contener la risa, en ese momento su teléfono móvil vibró.
Lo sacó y miró. Rápidamente dijo: -Señorita, el último pretendiente del día ha llegado.
-Entendido.
Aarón se alejó y se fue a la habitación contigua para darles espacio.
Mientras esperaba, Clara se sentía aburrida. Apoyó su mano en su mejilla, mirando la tranquila y exquisita vista exterior a través de la ventana. Cerró los ojos y disfrutó del refrescante aroma de las flores y los cantos de los pájaros al atardecer.
En ese momento, oyó el chirriar de la puerta del privado.
Los pasos tranquilos y estables se acercaban a ella, cada vez más cerca. Ella percibió una fragancia fresca y profunda, como una suave brisa nocturna que entra a través de una ventana de encaje, acariciando sus emociones.
Era el aroma del litio de los valles, una mezcla sutil de verdor y delicadas flores que rara vez se
encuentra en un hombre. Ella era muy sensible a las fragancias.
Entrecerró sus ojos, y sus ojos brillantes se posaron finalmente en el rostro del hombre.
Al siguiente segundo, los labios de Clara se entreabrieron ligeramente y sus pupilas se contrajeron.
-Disculpe, Clara, por haberte hecho esperar por tanto tiempo.