Capítulo280
Los visitantes comenzaron a abandonar el jardín, solo quedaron Clara y Beatriz. La luz se volvía
cada vez más tenue, pero el rostro sin maquillaje de Clara seguía siendo pálido y brillante como la
luna liena, lo que hacía que Beatriz la envidiara y celara aún más.
Dejando de lado toda enemistad, tenía que admitir que Clara era de una rara y excepcional belleza.
¿Cómo no sentirse inquieta, asustada y resentida al ver a esa mujer tan hermosa convivir con su
hombre bajo el mismo techo durante tres años, aunque solo fuese por simple apariencias?
Entonces, Beatriz se acercó a Clara con rabia, jugando con su larga melena negra, sin mostrar la
apariencia dócil que solía sostener frente a Alejandro, sino una sonrisa de triunfo.
-¿Ya has encontrado un novio tan rápido? ¡Realmente tienes habilidades sorprendentes! Pero ¿por
qué no lo hiciste antes? No importa cuánto te afanes por Alejandro, él ya no te prestara atención
una segunda vez–dijo Beatriz, presumiendo con orgullo.
Clara lo miró como si estuviera viendo a un loco de la calle. -¿Por qué debería Alejandro de
prestarme atención?
Beatriz se sintió irritada por la falta de reacción de Clara, así que sacó el As bajo la manga que
tanto había esperado para mostrar.
-Ya que nos encontramos, déjame darte una noticia bastante agradable. Alejandro y yo nos vamos
a comprometer. La fecha de compromiso será en mi fiesta de cumpleaños.
-¿En serio? ¡Felicidades! Pero lamento no tener un regalo adecuado para ti–respondió Clara con
indiferencia, totalmente despreocupada.
Al ver que Clara no mostraba ninguna emoción, Beatriz se enfureció y se sintió ofendida. -Aunque
finjas ser fuerte, sé que estás furiosa y llena de odio en tu interior. Pero ¿de qué sirve? Al final,
quien tendrá a Alejandro seré yo, ¡y tú te convertirás en el hazmerreír de todos!
-Beatriz, cada vez que me ves, estás presumiendo que conseguirás a Alejandro o alardeando de la
fortaleza de tu relación con él. ¿Es esa toda la emoción que tienes en tu vida? ¿No tienes nada más
de qué hablar además de un hombre divorciado? No me interesa nada de lo que
tienes que
decir-
suspiró Clara aburrida, sintiendo que se estaba rebajando al hablar con ella.
Pero no podía evitar sentirse mal si no le respondía a esa villana.
-¿Qué dijiste?– gritó Beatriz, furiosa y humillada.
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-Entiendo que quieras presumir de haber ascendido de clase social y haber entrado en una familia adinerada, pero deberías elegir a alguien adecuado para compartir eso. Lo que valoras tanto, lamentablemente, es basura que ni siquiera quiero mirar dos veces. Realmente no tiene
sentido–agregó Clara.
Beatriz, con el rostro enrojecido de ira, exclamó: ¡Clara! ¡Solo estás celosa! Cuanto más duramente
me insultas ahora, más demuestras que te importa que Alejandro y yo estemos ahora juntos.
Llamar a Alejandro ‘basura‘ es solo una forma de desahogar tu frustración después de tres años de
esfuerzo inútil, es decir, tú fuiste quien lo perdió todo y a quien Alejandro pateó bien lejos.
El frío y penetrante mirar de Clara hizo que Beatriz temblara de pavor.
-Debes entender algo: a veces es mejor retirarse cuando vas ganando. Aunque yo cedí, no significa
que puedas aprovecharte de ello. Puedo ser amable, pero eso no significa que puedas decir
cualquier cosa sin sentido frente a mí. Esta es la última vez que te lo advierto, no uses mi natural
compostura como excusa para tus absurdos desmanes. De lo contrario, tus futuros días podrán ser
mucho más difíciles, Ashley.
Al escuchar el nombre -Ashley–fue como un trueno repentino para Beatriz, provocando un
estremecimiento en todo su ser y dejando su rostro pálido y tembloroso.
-Pero ¿Qué es lo qué te pasa? ¿Por qué tienes esa expresión?– Clara, al ver que se puso blanca
como un papel, sonrió irónicamente. -¿Acaso Ashley no era tu nombre cuando estudiabas en Los
Estados Unidos? Nunca pensé que alguien se asustaría tanto al escuchar su propio nombre.
-No sé quién es Ashley, tampoco he oído ese nombre antes, y no sé de qué demonios estás
hablando–tartamudeó Beatriz, respirando cada vez más agitada mientras intentaba desvincularse
lo más posible a la situación.
Después de todo, la Ashley de antes era una mujer libertina y avara, muy diferente de la imagen
pura y celestial que ella ahora mostraba a Alejandro.
Con una peligrosa y hermosa mirada entornada, Clara dio dos pasos hacia adelante con las manos
a la espalda, inclinando ligeramente su cintura mientras mostraba una sonrisa fría y profética.