Capítulo74
-Irene, jeres realmente problemática!
-Escuchen bien, a partir de ahora, Beatriz y yo somos enemigas. Si digo algo indebido, será como este brazalete- Clara apretó los dientes y abrió lentamente la palma de su mano izquierda.
Alejandro contuvo la respiración al instante. Vio que su mano estaba llena de sangre y que también había manchas de sangre en los fragmentos del brazalete de jade. 1
Ella realmente amaba ese brazalete.
Por eso lo había estado aferrando incluso cuando se rompió, sin darse cuenta de que se estaba lastimando la mano.
El pecho de Alejandro fue impulsado por una intensa emoción, aplastándolo y haciendo que se agitara sin cesar.
Miró fijamente el rostro de Clara, lleno de resentimiento, con una mirada opaca y difícil de comprender, y sintió cómo su corazón se rompía en silencio.
-¡Irene, te estás desangrando!– Rodrigo exclamó sorprendido, buscando apresuradamente en
todos los bolsillos de su ropa en busca de un pañuelo, queriendo ayudarla a vendar la herida. (1
¡Pero no tenía ninguno!
Alejandro tenía un pañuelo en su regazo, entrecerró los ojos ligeramente, apretó los dedos una y
otra vez, pero descubrió que no tenía el coraje suficiente para sacarlo y dárselo.
En ese momento, un suave aroma flotó en el aire, y una figura elegante y encantadora vestida con
un discreto y lujoso vestido verde oscuro pasó junto a él.
Clara se quedó atónita, y en ese momento Leticia ya había llegado frente a ella, recogió los
fragmentos de jade de su palma y los colocó cuidadosamente en los bolsillos de su chaqueta, luego
le vendó la herida con un pañuelo blanco.
Clara tenía lágrimas en los ojos, sus labios temblaban, estuvo a punto de pronunciar su nombre,
pero se contuvo.
-Qué hermosas manos tienes, es doloroso verlas heridas–Leticia fingió indiferencia, pero en su
corazón se sentía tan incómoda que deseaba arrancar a las personas de la familia Hernández.
1/3
-¡Cuánto tiempo sin vernos! Te estás volviendo cada vez más hermosa–Ema cambió rápidamente su expresión facial y saludó a Leticia, aparentando estar familiarizada. (1
-Hola–Ana también sonrió y se acercó amigablemente, mostrando una actitud complaciente.
Después de todo, una vez que la esposa original de Julio falleció, el mundo asumió naturalmente que Leticia había sido promovida, y ella se convirtió en la legítima esposa de Julio. Muchas personas se apresuraron a congraciarse con ella.
Además, Leticia era la hija menor de la familia López, aunque en aquel entonces rompió completamente con la familia López para casarse con Julio, quien ya tenía una familia. Ella seguía siendo una dama noble y de alta cuna. Ema y Ana no podían compararse en absoluto.
-Ema.
Leticia originalmente no quería prestarle atención, pero no se podía negar a alguien que mostrara una sonrisa. Después de todo, tenía que mantener las apariencias por Enrique.
En cuanto a Ana, una vulgar y despreciable persona, ni siquiera quería prestarle atención.
Ana se sentía muy incómoda a un lado, había intentado adular a los demás con entusiasmo, pero resultó que a nadie le importaba. Se sentía avergonzada. 1
-Leticia parece conocer a Irene. Hoy Irene está aquí en lugar de Julio para asistir a la subasta, derrochando dinero y mostrando una actitud audaz. Seguramente Leticia la conoce–dijo Ema, quien había comenzado a dudar después de ver la especial atención que Leticia le había brindado a Clara. 1
-Por supuesto que conozco a Irene, fue invitada por Diego–respondió Leticia, consciente de que Ema no tenía buenas intenciones, dando una respuesta ambigua para ver cómo reaccionaba. 1
-Entonces, seguramente no conoces bien a esta Irene–dijo Ema con una sonrisa.
-¿Es necesario que la conozca?— respondió Leticia riendo.
-Creo que es necesario conocerla bien–dijo Ema sin apresurarse, porque esta Irene podría convertirse en la futura esposa del presidente de GRUPO KS, y así seríamos familia. 2
-¿Irene es la novia de Diego?– Leticia arqueó las cejas.
-Probablemente lo sea. Después de divorciarse de Alejandro, apenas salió de la familia
Hernández, y ya estaba en el auto de Julio. En ese momento, me preocupaba por Irene, después de
haría sin Alejandro? Pero una vez que Julio comenzó a cuidarla, me quedé tranquila. Ya no tenía que preocuparme por ella–dijo Ema con una sonrisa mirando a Clara,
Leticia parpadeó y el ambiente se volvió especialmente delicado.
Today’s Bonus Offer